Yo ya tenía más experiencia, por entonces trabajaba en Factory una empresa de moda de mujer y había observado bastante cómo trabajaban las patronistas y cuando tenía alguna duda me echaban un cable.
Ainhoa quería un vestido bastante diferente al de Inés. Era muy sencillo de lineas, pero bastante trabajado el patronaje. Escogimos una seda de color blanco roto precioso y como detalle un cinturón con pedrería para marcar el talle. Llevaba una pequeña cola muy manejable y una chaquetita para la iglesia, ya que empezaba a hacer fresquito y el vestido era de tirantes con la espalda escotada.
Disfruté mucho haciendo este trabajo, sobretodo viendo a la novia contenta y feliz con el vestido.
¡Siento no tener más fotos en los que se vean más detalles del vestido!